El 24 marzo 2022, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, desde su Sección Migrantes y Refugiados, publicó “Orientaciones sobre la pastoral migratoria intercultural” para hacer crecer la cultura del encuentro y favorecer una Iglesia siempre más inclusiva frente al fenómeno migratorio. “Acoger, proteger, promover e integrar” son las actitudes fundamentales hacia los migrantes para desarrollar una cultura del encuentro, según el Papa. Se trata de un invito a retomar la imagen del poliedro, que “representa una sociedad donde las diferencias conviven complementándose, enriqueciéndose e iluminándose recíprocamente (…). Porque de todos se puede aprender algo, nadie es inservible, nadie es prescindible.” (FT, 215)

Se trata de una oportunidad para vivir una Iglesia auténticamente sinodal, en camino, no asentada, nunca satisfecha, sino de una Iglesia que “no hace distinción entre autóctonos y extranjeros, entre residentes y huéspedes”, pues “todos somos peregrinos en esta tierra.” – Papa Francisco

En los momentos de mayor crisis, como ahora por la pandemia y las guerras que estamos presenciando, los nacionalismos cerrados y agresivos (FT, 11) y el individualismo radical (FT, 105) resquebrajan o dividen el nosotros, tanto en el mundo como dentro de la Iglesia. Y el precio más elevado lo pagan quienes más fácilmente pueden convertirse en los otros: los extranjeros, los migrantes, los marginados, que habitan las periferias existenciales. Estas propuestas proponen precisamente un nosotros cada vez más grande, referido tanto a la comunidad humana como a la Iglesia, ya que el Señor Jesús nos dice que cada ocasión de encuentro con una persona refugiada o migrante es una oportunidad para encontrarnos con Él mismo (cf. Mt 25:35).

El reto ad extra se refiere a la manera de ser una Iglesia verdaderamente misionera: salir al encuentro de los necesitados, los descartados, los marginados, los oprimidos… que estamos llamados a reconocer y a cuidar, puesto que esto es un mandamiento del Señor. Y a través de la caridad y el amor, animar la conversión del corazón, sobre todo entre quienes se encuentran fuera de la Iglesia, ya sea por elección propia o porque nunca han escuchado el mensaje salvífico de Jesucristo. Ésta es una llamada a ser una Iglesia inclusiva, en la que cada ser humano recibe el mensaje de salvación en Jesucristo.

Orientaciones sobre la Pastoral Migratoria Intercultural es un texto que cuenta con un prólogo del Papa Francisco y consta de 24 páginas, con un desarrollo de buenas prácticas, que la Iglesia ya implementa, y ponen de relieve las oportunidades interculturales vinculadas a los fenómenos migratorios actuales.

Las Orientaciones sobre la Pastoral Migratoria Intercultural tienen como objetivo ofrecer sugerencias y orientaciones concretas para una acción que puede articularse mediante cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar. Con estos verbos el Santo Padre sintetizó el compromiso de la Iglesia Católica hacia todos los que viven en las periferias existenciales, pues “no se trata de dejar caer desde arriba programas de asistencia social sino de recorrer juntos un camino a través de estas cuatro acciones, para construir ciudades y países que, al tiempo que conservan sus respectivas identidades culturales y religiosas, estén abiertos a las diferencias y sepan como valorarlas en nombre de la fraternidad humana”. (Papa Francisco, Audiencia general, 3 de abril de 2019)

En siete capítulos, el volumen analiza los desafíos que emergen del escenario migratorio contemporáneo, siempre más global y multicultural, de “reconocer y superar el miedo” al “considerar los migrantes una bendición”. Promover el encuentro, uno de los desafíos presentados en las “Orientaciones”, significa poner en práctica la comunión de la diversidad.

“Es indispensable prestar atención para estar cerca de nuevas formas de pobreza y fragilidad donde estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente, aunque eso aparentemente no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos. Los migrantes (desplazados, refugiados) me plantean un desafío particular por ser Pastor de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos. Por ello, exhorto a los países a una generosa apertura, que en lugar de temer la destrucción de la identidad local sea capaz de crear nuevas síntesis culturales. […]” (EG 210)

“La presencia de migrantes y refugiados pertenecientes a otras creencias, o no creyentes, representa una nueva oportunidad misionera para nuestras comunidades cristianas, llamadas a construir puentes a través del testimonio y la caridad”, expresa el comunicado de prensa de la Sección. Allí también se recogen las declaraciones del sacerdote scalabriniano, P. Fabio Baggio, Subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados, para quien las nuevas Orientaciones “nacen de la experiencia de las Iglesias locales y se les devuelve con algunas iluminaciones magistrales”.

El documento propone acciones como: aprender de las diferentes tradiciones; promover la apreciación intercultural a través de una “comunicación creativa”, garantizar la presencia de espacios adecuados para la celebración de la liturgia o invitar a los fieles a asistir a diferentes celebraciones para apreciar la riqueza de la espiritualidad y tradiciones católicas.

También se ruega a las Conferencias Episcopales que, ante el gran número de migrantes y peregrinos que existen en la actualidad, encomienden a un sacerdote en calidad de delegado o a una Comisión especial establecida para promover una pastoral específica dirigida a los fieles de diferentes grupos étnicos, que, a su vez, se dedique al estudio y la dirección de todo lo relacionado con su asistencia espiritual.

 

 

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