Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), en su “Glosario de Términos sobre Turismo” indica que:

El turismo es un fenómeno social, cultural y económico que supone el desplazamiento de personas a países o lugares fuera de su entorno habitual por motivos personales, profesionales o de negocios. Esas personas se denominan viajeros (que pueden ser o bien turistas o excursionistas; residentes o no residentes) y el turismo abarca sus actividades, algunas de las cuales suponen un gasto turístico.

En su Código Ético Mundial para el Turismo de la OMT, afirma que ésta ha de ser una actividad beneficiosa para las comunidades de destino:

“Las poblaciones y comunidades locales se asociarán a las actividades turísticas y tendrán una participación equitativa en los beneficios económicos, sociales y culturales que reporten, especialmente en la creación directa e indirecta de empleo a que den lugar”.

Para la Iglesia, el turismo es un fenómeno social complejo y ambiguo, por un lado, se presenta como oportunidades para la valorización de los recursos humanos, la promoción de los recursos naturales, consolidación de la identidad de las personas y los pueblos, el descanso y uso positivo del tiempo libre, encuentros de personas, razas y culturas. Establece espacios de comunión, solidaridad, de crecimiento económico local y fomenta el desarrollo económico sostenible; por otro lado, la actividad turística refleja otros factores negativos, tales como, cambios urbanísticos, arquitectónicos, medioambientales, demográficos, corrupción, inequidad económica, pérdida de valores, comercialización y explotación sexual, enfermedades, entre otros.

Hacemos un llamamiento a los gobernantes y a los responsables de las políticas económicas nacionales, para que promuevan y fomenten un turismo responsable, llevado a cabo según los principios de la justicia social y económica, y con pleno respeto al medio ambiente y las culturas. Que los gobernantes dirijan su mirada a las zonas marginales, dando a estos territorios oportunidades concretas de desarrollo, potenciando sus vocaciones particulares, la participación de las comunidades locales en los procesos de toma de decisiones, la mejora de los ingresos de los que trabajan la tierra.

Peter K. A. Cardenal TURKSON
Prefecto MENSAJE
DEL DICASTERIO PARA EL SERVICIO DEL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL CON OCASIÓN
DE LA JORNADA MUNDIAL DEL TURISMO
27 de septiembre de 2020
Turismo y desarrollo rural
Vaticano, 6 de agosto de 2020, Fiesta de la Transfiguración del Señor

El turismo actual es un hecho social y económico de múltiples dimensiones y que puede implicar a las personas de muy diferentes maneras. Los desplazamientos turísticos, internacionales o al interior del propio país, se cuentan por miles de millones cada año. Otros millones de personas participan en el turismo como trabajadores, como promotores y agentes, como participantes en actividades auxiliares o simplemente como residentes en un lugar que es destino turístico. La pastoral del turismo se dirige a las personas de todos estos sectores.

OBJETIVO
Evangelizar el mundo del turismo, para colaborar en la construcción del dialogo cultural y religioso, respeto a las comunidades locales y entorno ecológico, denuncia del turismo sexual, defensa y promoción de los derechos de los trabajadores del turismo y del turista.

LÍNEAS PASTORALES
A) ACOGIDA Y ACOMPAÑAMIENTO
1. Atender las necesidades humanas, sociales y espirituales de las personas que trabajan en la industria turística y las comunidades receptoras, acompañarlas y orientarlas para superar los impactos que esta actividad produce en ellos y en las comunidades.

2. Atender las necesidades espirituales de los turistas, desde la acogida, promoviendo celebraciones en sus respectivos idiomas, espectáculos artísticos, culturales

3. Dedicar tiempo y espacio para la escucha y orientación a los viajeros y trabajadores del turismo.

B) SENSIBILIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA
1. Promover el conocimiento sobre la industria turística y la visión de la Iglesia, para crear las condiciones de una Pastoral del Turismo dinámica, en correspondencia con los desafíos y retos que plantea esta realidad al pueblo de Dios.

2. Estimular a las universidades y centros de investigación a realizar estudios sobre los aspectos socioculturales y otros efectos del desarrollo de la industria turística en las comunidades receptoras.

3. Promover una visión cristiana y solidaria entorno a la actividad turística en las comunidades emisoras de turismo.

4. Denunciar las violaciones de los derechos humanos de las cuales son víctimas las personas involucradas en las actividades turísticas.

5. Promover ante los gobiernos la ratificación de las Convenciones Internacionales que protegen a los trabajadores del turismo, así como el cumplimiento de las vigentes.

6. Promover la acogida y el respeto hacia el turista.

C) PROMOCIÓN HUMANA, CULTURAL Y RELIGIOSA
1. Alentar proyectos de educación y de organización que contribuya a preparar a las personas que trabajan en la industria turística y las comunidades receptoras para manejar los impactos que provoca los flujos turísticos masivos.

2. Promover la relación y coordinación de actividades entre las Diócesis de América Latina y El Caribe con zonas receptoras de turismo y las Diócesis de origen de los mismos.

3. Promover los valores humanos y cristianos en la formación de los profesionales de turismo y de los agentes de pastoral.

4. Promover el turismo religioso y ecológico.

Desde la Sección de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Peruana, abordamos la temática de la Pastoral del Turismo a través de:

  • Difusión del Mensaje por la Jornada Mundial del Turismo

Nota: Esta área pastoral se encuentra en proceso de revisión.